En la actualidad estamos viviendo dos visiones acerca del planeta Tierra, en donde cada una lleva a diferentes consecuencias.
La primera, moderna, capitalista y ahora Neo-Imperialista, domina América Latina desde los últimos 400 años y el Viejo Mundo desde hace miles de años atrás. Las personas que comprenden esta visión ven a la Tierra como una especie de almacén llena de riquezas; que el ser humano puede tomar para su uso y bienestar. La Tierra y su conjunto son para ellos algo material, exterior, entregado para que hagamos de ella lo que queramos, pues nos sentimos por encima de ella, señores, reyes y hasta potentados del universo.
La segunda visión, más ancestral, y todavía presente en los pueblos indígenas, ven a la Tierra como un ser vivo que produce todas las formas de vida. Los pueblos Andinos la llaman la Gran Madre o la Pacha Mama, Para ellos el ser humano es parte de ella junto con todos los demás seres animales y plantas que también son engendrados por ella. No estamos encima de ella como quien domina, sino en medio de ella como quien convive y cuida de ella.
La primera visión es la de la actual sociedad capitalista - industrializada moderna, surgida, junto con el proyecto de la tecno-ciencia, a partir del siglo XVI. No considera la Tierra como un todo, sino como una miscelánea de recursos, como agua, selvas, minerales, animales y hasta personas. Están en la Tierra es para extraer todo lo necesario de ella.- y quien sabe si están buscando un nuevo planeta, ya que este se les esta empezando a acabar-.
La explotación de los recursos se realiza sin importar las consecuencias que puedan provocar. Sus principales medios se basan en el Terror y la violencia: excava suelos, derrumban montañas, cierra ríos, eliminan selvas, matan miles de animales. Utiliza agentes químicos como pesticidas y agro - tóxicos que envenenan los suelos y exterminan los microorganismos los cuales conforman el 95% del reino de la vida. La relación para con la Tierra es de explotación y exterminio.
Para ellos la Tierra es como un ente sin espíritu, los seres modernos ocupan y destruyen como langostas todas las regiones de la Tierra. -Algún parecido con la realidad es de pura coincidencia-.
El propósito es acumular riqueza de forma ilimitada, explotando todos los recursos posibles, en el tiempo más rápido que se pueda y con la menor inversión posible.Tiene un proyecto de civilización que han desarrollado desde hace miles de años atrás el cual han ido desarrollando paulatinamente; primero se debe tener el control del Dinero, por medio de la la Religión y la Política, sin embargo si los rechazas o estas en contra de ellos utilizan la violencia o el terror por medio de sus Militares o Mercenarios, para hacerte entrar en el mundo de ellos. Se han inventado mas de 25 diferentes formas de matar a una persona.
Este entendimiento hacia la Tierra fue propio del proceso industrialista que se expresa hoy en el Capitalismo o Neo-liberalismo difundido a todos los países del mundo. Tienen en común el hecho de que usan solamente la fría razón y utilitaria para analizar los recursos naturales y sacar de ellos el máximo provecho. Las demás dimensiones de la vida humana, como la sensibilidad, la compasión, la capacidad de admiración -¿cuánto cuesta una puesta de sol, el canto de un pájaro o el sonido de el viento?-, y de veneración han sido, en gran parte, reprimidas o incluso difamadas. Es una ciencia sin conSciencia y sin corazón.
Este tipo de dominación global esta entrado en crisis. Los seres humanos han exprimido sus recursos y servicios en los últimos 100 años. Desde el 23 de septiembre de 2008 sabemos que la humanidad consume 30% más de lo que la Tierra puede producir. O sea, que para atender a las demandas humanas, especialmente de los grandes consumistas y o de los simples mortales, necesitamos una Tierra entera y un 30% más de otra Tierra que no existe – será por eso que estamos buscando vida en otros planetas-. Ya se ha hecho el cálculo de que si los países ricos quisieran universalizar o globalización su bienestar para toda la humanidad, necesitaríamos por lo menos tres Tierras iguales a ésta –¿será Marte el otro planeta a poblar? o¿cual será?-.
En otras palabras, la Tierra ya no es sostenible. O cambiamos nuestro estilo de vida y de consumo, o, vamos al encuentro con una gran tragedia que posiblemente nos estemos adentrando y pueda tener su punto critico en los proximos años venideros. Esta crisis de sostenibilidad del planeta es mucho más grave que la crisis económico-financiera que explotó a mediados de septiembre de 2008 y que tanto desempleo y quiebras de empresas ha provocado.
Esta sostenibilidad es abusiva y crea una devastación hacia la Tierra ya que ha producido un aumento en el calentamiento planetario, en la deforestación y aun peor ha creado un desequilibro ecológico. El supuesto combustible ecológico Bio-Diesel por ejemplo; ha creado la aniquilación de más del 16% de la totalidad de la selva Amazónica y cada día que pasa se pierden otras 7.000 hectáreas de bosque una superficie de 10x7 kilómetros. Las causas son complejas y a menudo están interrelacionadas, pero entre ellas juega un papel la agricultura comercial ha gran escala. Como la tan afamada palma aceitera y la soja, plantados principalmente como monocultivos destinados a la exportación a países industrializados como Estados Unidos, China, India y Europa.
Este tipo de dominación global esta entrado en crisis. Los seres humanos han exprimido sus recursos y servicios en los últimos 100 años. Desde el 23 de septiembre de 2008 sabemos que la humanidad consume 30% más de lo que la Tierra puede producir. O sea, que para atender a las demandas humanas, especialmente de los grandes consumistas y o de los simples mortales, necesitamos una Tierra entera y un 30% más de otra Tierra que no existe – será por eso que estamos buscando vida en otros planetas-. Ya se ha hecho el cálculo de que si los países ricos quisieran universalizar o globalización su bienestar para toda la humanidad, necesitaríamos por lo menos tres Tierras iguales a ésta –¿será Marte el otro planeta a poblar? o¿cual será?-.
En otras palabras, la Tierra ya no es sostenible. O cambiamos nuestro estilo de vida y de consumo, o, vamos al encuentro con una gran tragedia que posiblemente nos estemos adentrando y pueda tener su punto critico en los proximos años venideros. Esta crisis de sostenibilidad del planeta es mucho más grave que la crisis económico-financiera que explotó a mediados de septiembre de 2008 y que tanto desempleo y quiebras de empresas ha provocado.
Esta sostenibilidad es abusiva y crea una devastación hacia la Tierra ya que ha producido un aumento en el calentamiento planetario, en la deforestación y aun peor ha creado un desequilibro ecológico. El supuesto combustible ecológico Bio-Diesel por ejemplo; ha creado la aniquilación de más del 16% de la totalidad de la selva Amazónica y cada día que pasa se pierden otras 7.000 hectáreas de bosque una superficie de 10x7 kilómetros. Las causas son complejas y a menudo están interrelacionadas, pero entre ellas juega un papel la agricultura comercial ha gran escala. Como la tan afamada palma aceitera y la soja, plantados principalmente como monocultivos destinados a la exportación a países industrializados como Estados Unidos, China, India y Europa.
Otro evento muy importante es que la Tierra se esta calentando, entre 1 y 4 grados. Esos dos grados de calentamiento van a producir grandes transformaciones en la naturaleza, diezmarán la biodiversidad, provocarán el deshielo de los casquetes polares y hará crecer exponencialmente la desertificación de los suelos, además de los cambios climáticos que se manifiestan por tifones, grandes sequías e inundaciones a la vez sin embargo si pensábamos que No, nos va a pasar esto o era ficción; esto Si, esta pasando es realidad y lo estamos viviendo y lo seguiremos viviendo por unos largos 25 o 30 años más.
Los jefes de Estado y los líderes de los pueblos, deben detenerse y decidir juntos qué tipo de tratamiento debemos dar a la Tierra, si es que queremos continuar viviendo sobre ella.
Debemos llegar a un punto en donde se debe de respetar la Tierra, La Pacha Mama ese momento llegara cuando las semillas respetuosas con ella, nos demos cuenta y nos levantemos de nuestro letargo y empecemos a trasformar este mundo en un Mundo Nuevo.
Los jefes de Estado y los líderes de los pueblos, deben detenerse y decidir juntos qué tipo de tratamiento debemos dar a la Tierra, si es que queremos continuar viviendo sobre ella.
Debemos llegar a un punto en donde se debe de respetar la Tierra, La Pacha Mama ese momento llegara cuando las semillas respetuosas con ella, nos demos cuenta y nos levantemos de nuestro letargo y empecemos a trasformar este mundo en un Mundo Nuevo.
Algo que ha llamado mucho la atención ha científicos y en especial a las culturas indígenas americanas es que nuestro Sol y nuestra Tierra esta empezando a cambiar. El Sol, esta incrementando su intensidad magnética cosa que es comprobada por los científicos. Desde hace años los científicos vienen advirtiendo que el Sol ha despertado de un largo letargo y de que se prepara para una fase de intensa actividad jamás conocida hasta la fecha. Estos movimientos solares provocan explosiones que, si llegan al suficiente grado de violencia, pueden dejar frita nuestras redes eléctricas y desbaratar los sistemas de comunicaciones y de navegación por satélite.
El profesor de la Universidad de Harvard Jeremy Bloxham en su intervención ante la asamblea de la Unión Geofísica Americana (AGU). Dice que - la fuerza magnética evoca la posibilidad de que el campo magnético pueda llegar a desaparecer y a invertirse.
La Segunda Vision de la Pacha Mama
La Segunda Vision de la Pacha Mama
En este momento es cuando la segunda visión, de los pueblos originarios, es invocada y sirve de gran inspiración. Los yanomamis, los tupí-guaraníes, los mapuches, los quechuas, los mayas, los aztecas, los hopis y miles de pueblos indígenas de otras partes del mundo (según datos de la ONU son cerca de 300 millones en el mundo entero) deben ser oídos. Desarrollaron una relación para con la Tierra de profunda colaboración, respeto y veneración. Ella es la madre del indio, como muchos de ellos dicen. Se sienten unidos a la energía de las aguas, de las montañas, de las flores, del fuego, de los vientos, del sol, de la luna y las estrellas. Todos son ínter dependientes y están conectados entre sí. Son miembros de este gran todo vivo y orgánico que es la Tierra.
Esta visión ancestral se combina con lo que hay de más moderno en el campo de la biología y de la cosmología. Científicos importantes -James Lovelock- comprobaron que los indígenas tienen razón. La Tierra es de hecho un superorganismo vivo. Ella articula lo físico, lo químico y lo biológico de forma tan entrelazada que compone un todo orgánico, bueno y hasta excelente para mantener y reproducir la vida. No es sólo que hay vida sobre la Tierra; es que la Tierra misma está viva.
Esta visión ancestral se combina con lo que hay de más moderno en el campo de la biología y de la cosmología. Científicos importantes -James Lovelock- comprobaron que los indígenas tienen razón. La Tierra es de hecho un superorganismo vivo. Ella articula lo físico, lo químico y lo biológico de forma tan entrelazada que compone un todo orgánico, bueno y hasta excelente para mantener y reproducir la vida. No es sólo que hay vida sobre la Tierra; es que la Tierra misma está viva.
Se estima que hay en torno a 40 millones de células bacterianas en un gramo de tierra y un millón de células bacterianas en un mililitro de agua dulce. Que también están presentes, por miles de millones, dentro de nuestro cuerpo. Son ellos quienes garantizan la vitalidad del suelo y hacen que del mismo nazcan flores y plantas de las más variadas especies. Son ellos quienes equilibran nuestro cuerpo de forma que mantenga su salud y vitalidad.
En la actualidad el oxígeno constituye el 21 % de los gases de la atmósfera y la Tierra es el único planeta del Sistema Solar con una atmósfera oxigenada. Si subiese a 28%, nadie podría encender un fósforo, porque incendiaría el oxígeno del aire. Si descendiese a 13%, nos desmayaríamos, como si nos faltara aire. De forma semejante el nivel de sal de los océanos es siempre, desde miles de millones de años, 3,4%. Si subiera a 6% serían como el Mar Muerto, sin vida. Y Si descendiese a 2% habría un trastorno en los climas que son regulados por movimientos de los océanos. Sin embargo ese 3.4 es también el porcentaje exacto de sal en el torrente sanguíneo humano. Si hubiese 4% de sal en los océanos y por ende en nuestra sangre, no habría vida en el planeta tierra.
Y así todos los elementos de la tabla periódica de Mendeleiev que aprendimos en la escuela, como el hierro, el azufre, el magnesio, y otros. Todos están perfectamente dosificado que, en efecto, la Tierra está viva.
Nunca debemos olvidar esta verdad: somos Tierra. Tenemos el mismo destino que la Tierra. Pero hemos recibido de nuestro padre eterno una misión: cuidar y guardar la Tierra. Es nuestra dimensión ética, que sólo nosotros tenemos.
Cuidar significa un gesto amoroso para con la Tierra. Es la mano extendida para la caricia esencial, a fin de protegerla y defenderla. Es lo que hoy significa garantizar su real sostenibilidad, o sea, hacer que nos ofrezca todo lo que necesitamos para vivir, preservando su capital natural para las generaciones presentes y futuras, además de atender también a toda la comunidad de vida. La Tierra no nos ha engendrado sólo a nosotros, los seres humanos, sino a todos los seres vivos que son, verdaderamente, hermanos y hermanas nuestros.
Hoy necesitamos volver a esta visión de la Tierra como Gran Madre, Pacha Mama o Gaia. Ésa es verdadera. Sólo ella puede ofrecer las condiciones para un nuevo modelo de producción y de consumo que nos haga salir de la actual crisis. Sólo ella nos podrá garantizar un futuro común de vida y esperanza. Para llegar a esta visión precisamos rescatar la dimensión del corazón, el valor de la razón sensible, de la inteligencia espiritual, del afecto y del amor. Es por la sensibilidad como nos sentimos unidos a la Tierra, percibimos su belleza, escuchamos su mensaje entender el significado de el AMOR.
Nunca debemos olvidar esta verdad: somos Tierra. Tenemos el mismo destino que la Tierra. Pero hemos recibido de nuestro padre eterno una misión: cuidar y guardar la Tierra. Es nuestra dimensión ética, que sólo nosotros tenemos.
Cuidar significa un gesto amoroso para con la Tierra. Es la mano extendida para la caricia esencial, a fin de protegerla y defenderla. Es lo que hoy significa garantizar su real sostenibilidad, o sea, hacer que nos ofrezca todo lo que necesitamos para vivir, preservando su capital natural para las generaciones presentes y futuras, además de atender también a toda la comunidad de vida. La Tierra no nos ha engendrado sólo a nosotros, los seres humanos, sino a todos los seres vivos que son, verdaderamente, hermanos y hermanas nuestros.
Hoy necesitamos volver a esta visión de la Tierra como Gran Madre, Pacha Mama o Gaia. Ésa es verdadera. Sólo ella puede ofrecer las condiciones para un nuevo modelo de producción y de consumo que nos haga salir de la actual crisis. Sólo ella nos podrá garantizar un futuro común de vida y esperanza. Para llegar a esta visión precisamos rescatar la dimensión del corazón, el valor de la razón sensible, de la inteligencia espiritual, del afecto y del amor. Es por la sensibilidad como nos sentimos unidos a la Tierra, percibimos su belleza, escuchamos su mensaje entender el significado de el AMOR.
